La mía la sufrí en 2015, cuando me di cuenta de que no estaba logrando incidir en el mundo como deseaba. Y pensar que tenía casi todo lo que había manifestado para mi: un escritorio en una oficina propia dentro de una de las principales agencias de Naciones Unidas, con un buen sueldo y la ilusión de una gran carrera asegurada. 



De repente me di cuenta que mis valores no estaban alineados con mis acciones cotidianas y poco a poco perdí motivación y entusiasmo, lo cual incidió sobre mi salud física y mental. Había empezado mi camino siendo idealista y rebelde, y me había convertido en un hipócrita.



Pero un día comencé a soñar de nuevo: decidí abandonar la celda de oro que me había construido y fundar un proyecto que promoviera de un jalón la salud del individuo, la economía campesina y con ella la paz, y la conservación del medio ambiente de cual, llegué a entender, depende toda la vida en el planeta.



Y así, renuncié. A mi trabajo, a mis privilegios, y compré un boleto de solo ida hacia el Amazonas para crear Vero Amore. Un proyecto con el que ayudarte a lograr una alimentación plena, con ingredientes reales y puros, recolectados a mano por personas con sueldos dignos mediante prácticas que conservan la selva. Nuestra selva. El hogar que nos originó.



Sé que quieres alimentarte mejor, cuidar del planeta y que todo el mundo disfrute de condiciones de trabajo justas. Y que no llegas a todo porque también tienes una vida y mil fuegos que apagar. Te entiendo. Por eso quiero facilitarte conseguirlo y que, cuando compres Vero Amore, sientas que nunca fue tan cómodo ni tan sencillo hacer el bien con lo que metes en tu cesta de la compra. Que construir un futuro mejor es posible si te unes.



Qué dices, ¿salvamos el mundo juntos?



Para. Toda. La Vida.