Organic? Good, not good enough.
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Cuando escoges un alimento orgánico haces bien: evitar la ingesta de pesticidas químicos, venenos que pueden perjudicar tu sistema endocrino. Siempre buena idea, sobretodo cuando se trata de fruta y verdura que comes con cáscara. Estudios han comprobado que hasta después de 3 lavadas siguen rastros de agrotóxicos. Si fueron diseñados para matar a otros seres vivientes, ¿quién en sus cinco sentido pensaría poderlos digerir sin consecuencias?
Pero si lo que te preocupa no es solo tu salud sino que la del planeta en el cual vives. Si te cayó el veinte que todos dependemos no solo de vitaminas y proteínas, sino que de tener un clima estable, agua, un suelo fértil, en otra palabra de los ecosistemas que nos dan, y quitan, la vida, entonces comer orgánico no es suficiente.
Ojo, la sostenibilidad no es un ejercicio de virtud abstracto, se trata de buscar formas para continuar a vivir bien en la Tierra, nosotros y las siguientes generaciones de las cuales tomamos prestado el planeta.
¿Entonces por qué la comida orgánica no es suficiente para la sostenibilidad?
La agricultura orgánica plantea únicamente la sustitución de insumos, no más.
Se prescinde de pesticidas y fertizilantes químicos, de esto se trata, pero no hay un énfasis en la biodiversidad, el cuidado del suelo y, en general, la implementación de prácticas que promuevan la salud de los ecosistemas. Solo nos estamos preocupando de evitar el uso de venenos, lo cual está muy bien, claramente. Pero en muchos casos los cultivos orgánicos replican las mismas malas practicas de los cultivos convencionales e, incluso, llegan a tener una peor calidad de suelo.
La comida orgánica puede ser cosechada en monocultivos que empobrecen la calidad del suelo y destruyen la biodiversidad. La labranza de la tierra - remover el suelo para eliminar las hierbas malas sin pesticidas - compacta el piso lo cual reduce la captación de agua y expone el suelo a mayor erosión y deslave por lluvias. Además expone microbios anaeróbicos al aire, afectando la materia orgánica. Cultivos orgánicos a menudo causan deforestación, ocupar enormes cantidades de agua y, en general simplificar ecosistemas complejos con cultivos que llevan un sello que arroja una calidad mientras destruyen la naturaleza. No siempre, pero la certificación orgánica no nos dice nada sobre como fue tratada la tierra.
¿Entonces cuál es la solución?
Hay otras formas de cultivar que replantean completamente la ecuación extractiva de la agricultura convencional y, a veces, orgánica y que promueven la salud del suelo, de la biodiversidad y de los ecosistemas naturales junto a la cosecha de alimentos. Metodologías que no solo “destruyen menos”, sino que activamente buscan mejorar la naturaleza. Es decir, tener una huella ambiental positiva.
Se llaman agricultura regenerativa, sintrópica y permacultura. Son modelos de rebeldía alimentaria radical que aún no cuentan con una certificación, sino que dependen de la relación de confianza entre consumidor y empresas.
Vero Amore te promete esto: llevar a tu mesa alimentos de calidad producidos con justicia social y ambiental que preservan a 11,000 hectáreas de bosque tropical con miles de arboles nativos, monos, jaguares y colibrís. Todo esto promueves con cada compra en veroamore.com para el bienestar tuyos, de tus hijos, y de todos los demás.
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Para Toda La Vida