No nos queda más que actuar. Con optimismo.
Por:
El 2024 llega a un cierre y como cada ciclo que se cierra nos ofrece una perspectiva sobre lo que fue y lo que queremos que sea.
No sé ustedes, pero para mí, y me atrevo a decir, para todo el team Vero Amore, ha sido una año denso, no malo, pero intenso, y un descanso pronto se agradece.
Tomar una pausa de los retos en la cadena de suministro, lo que implica el cambio climático para el cacao, los contratiempos logísticos (imagínense llevar pulpa congelada ¡desde el Amazonas hasta la CDMX!), satisfacer los grandes retailers, lidiar con sus condiciones, y pagar a tiempo los campesinos, todo mientras les comunicamos constantemente porqué elegir bien sus compras en alimentos es un acto revolucionario y radical. Necesito un descanso de todo esto, y quizás ustedes también respectivamente de las labores que día tras días les absorben y consumen.
Parte de mí quisiera alejarse por un momento de la noción que, si bien todo parece más o menos normal, el planeta está al borde de un colapso sistémico que pone nuestra supervivencia, y la de millones de otras especies, en jaque. Que los insectos, aparentemente tan insignificantes, están desapareciendo, y con ello la polinización de la cual depende la comida en nuestras mesas.
Que los huracanes son cada vez más recurrentes y más fuerte. Que la vida de cienes millones de personas en Asia del Sur que dependían de unos glaciares en el Himalaya, declarados extintos, está en riesgo, y que la migración climática va a causar cada vez más tensión social. Que la tundra ya libera más CO2 y metano de lo que absorbe, debido a su descongelamiento, y que la erosión del suelo convierte a porciones cada vez mayores de tierra en desiertos no aptos para la vida humana y la agricultura.
¿Está heavy, no? ¿Cómo dejar el trabajo y desconectar unos días sabiendo que estos retos nos esperan al regreso en el 2025?
Ahí les va mi consejo, y gracias por leerlo. Hay un refugio en la confianza de que, en el medio del caos, la integridad personal es un compás que no falla. Que todo lo que podemos realmente controlar en esta vida, y lo que separa una vida digna de una que no lo es, es la calidad de nuestros pensamientos y nuestras acciones. Ya sea que te inspire el estoicismo del emperador Marco Aurelio o los Cuatro Acuerdos de la filosofía Tolteca, nuestro santuario interior es el jardín que mejor podemos cuidar para volvernos Artistas. Y la conexión entre el auto-manejo y el mundo de afuera – o sea, el ejercicio de una responsabilidad social y ecológica – es actuar según el principio de que:
“sea lo que sea que hagas, hazlo a lo máximo de tu capacidad”.
Todo lo demás es delgado como el aire mismo, no lo puedes agarrar, entonces suéltalo.
No obstante los retos que vivimos y vamos a enfrentar como sociedad, me da paz y me enorgullece saber que en Vero Amore haremos todo lo que podamos para respetar tu confianza y, junto a ti, construir sistemas de producción de comida justos y ecosistemas llenos de vida, perfumes, colores y belleza. Mucha belleza. Es todo lo que tenemos: hacer nuestro mejor esfuerzo para proteger, regenerar, alimentar y educar.
Espero desde lo profundo de mi corazón que, sumando nuestro grano de arena al trabajo que otros están haciendo, lograremos salvar a esta tierra hermosa que nos dieron prestada y a sus habitantes. Recordando nuestro origen, honrando el presente, e invocando el mejor futuro posible para todos. Para ti, para todos, para toda la vida.
Ojalá sueñes con esto también, junto a nosotros.
¡Felices fiestas, nos vemos en el 2025!