¿Con qué ojos miraste al cielo hoy? ¿Cómo sentiste el piso cuando bajaste de la cama? ¿O el primer vaso de agua, en la mañana?
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Ojalá sientas un aire en la piel hoy, el sonido de los pájaros te acompañe, y los matices de color de los arboles, las flores y la naturaleza le den vida a lo que sea que hagas.
Hoy, 22 de abril, es el Día de la Tierra, ese momento en el cual festejamos a nuestro planeta que nos da la vida y nos sostiene, en cada instante. Es un recordatorio del vinculo sagrado con nuestra casa, una oportunidad para agradecer y reflexionar sobre nuestra relación con la Tierra y la naturaleza.

¿En qué manera interactúas con la Tierra? Piénsalo por un segundo, con honestidad. ¿La ves como si fuera una extensión de tí? ¿Como tu origen? ¿Como la fuente de tu vida o sólo como el teatro de tu historia? ¿Como una fuente de recursos? ¿Un paisaje, un marco, una superficie horizontal donde pisar tus pasos?
¿Y si te dijera que si ves a la Tierra te ves a ti misma? Que somos como una ola que es parte del mar, y que cuidar al planeta es cuidarnos a nosotros. Porque no somos solo habitantes de la Tierra, sino también hijos y cuidadores. Que entre los millones de astros nos tocó uno con las infinitamente improbables condiciones biológicas y metereológicas propicias para que la vida prosperara. ¡Qué maravilloso, quimérico privilegio nacer en la Tierra! Ojalá nunca se nos olvide. Hoy, recordamos.

Imagina una roca enorme, hecha de piedra y llena de minerales. Donde poco a poco empieza una actividad de bacterias y microbios, algas y pequeñas plantas que empiezan a alterar la composición del aire de la atmosfera, inyectando oxígenos, muriendo y renaciendo, creando materia orgánica y suelo. Un meteorito gris convirtiéndose en una serie de ecosistemas verdes y azules, explotando de vida y de colores. Un milagro que comienza con unos seres unicelulares y que gracias a la labor creativa de las plantas y los hongos poco a poco genera un hábitat complejo, hermoso, perfecto en su manera de funcionar interdependiente. Con cadenas alimenticias, sistemas de soporte de la vida, climas y microclimas, una sinfonía que parece ser tocada sin esfuerzo ni partitura por todos los habitantes del planeta, cada quien con su rol que jugar para perpetuar el sistema de la vida. El Ecosistema.
¿Y nosotros los humanos, qué rol queremos jugar? ¿Los destructores/extractores? ¿Los sustentables, que perpetúan la violación de la Tierra, pero no tanto? ¿O los guardianes y regeneradores que protegen y renuevan lo que heredamos? No dejemos que la búsqueda de la perfección sea enemiga de la mejora; no se trata de ser impecables en nuestra conducta, sino de empezar a generar unos cambios. Y no existe un medio más poderoso donde hacerlo que la alimentación. La actividad humana que más incide sobre nuestro planeta y que, incidentalmente, nos recuerda que somos la naturaleza, no algo separado a ella: la materia orgánica que ingerimos en la materia que conforma nuestro cuerpo, literalmente. Así que, por favor, escoge bien lo que compras y lo que comes.
Te queremos ayudar. En Vero Amore te damos la bienvenida a nuestra comunidad, y nuestra misión. Promover una alimentación sana, conectada y consciente que te acerca a todas las formas de vida en el planeta, y las cuida, en un proceso circular perpetuo de amor verdadero que da el nombre a nuestra marca.
Para ti, para todos, para toda la vida.
Qué rico estar juntos en este plan, y festejarte hoy y siempre, querida Madre Tierra.